Los ribereños están avezados al mar.
Su gusto por el arizo es proverbial y los profanos les concederán la razón apenas degusten su bocado naranja.
La frase “Espectacular, de lo mejor de la mar…†es la sentencia, y la tradición habla de disfrutarlos en la propia ribera, recién capturados.
Hoy, levemente cocidos en agua y sin sal, la sorpresa que guardan en su interior maravilla a quien alcanza el goce de saborearlos. También en conserva, el caviar de arizos es una sublime delicatesen, apta para degustar sola o acompañando a otros deliciosos platos.